martes

Inconciencia.-

Inconciente. Inconcientemente, uno busca. Normalmente, no sabe que está buscando, y rara vez se lo encuentra. Hoy mismo me encuentro inconciente. Buscando inconciente eso que no sé que es, eso que busco. Puesto en otra boca, en el ojo ajeno, es más evidente. Aterra esta inconciencia del instinto, de buscar sin miedo de encontrar, sin querer aceptar lo que estoy buscando. Temo encontrarlo, en mi inconciencia, de serlo. De ser así, simplemente, una inconciente.-

jueves

Obsesión.-


Sentada horas enteras haciendo cosas que pasen el tiempo. Sentada horas es cuando pienso, pienso, pienso. Pienso hasta escribir, y es cuando escribo que pienso realmente. Sola. Sola, pienso y decido, que no estoy sola. Y que no estar sola es necesitar esto que recibo, y que no alcanza. Llego al punto de obsesionarme. Googlear, escuchar, hablar, escribir. Y pensar. La obsesión, a lo oscura, sola o no tan sola. Obsesionarme, pensando en soledad. Mañana veré desde otro ángulo, mas privilegiado pero menos misterioso. Quiero dejar de pensar.-

domingo

Encuentro.-

[no encontré pablabras lo suficientemente dignas para competir con la grandeza de ésta]

sábado

Posesión.-

Shockeó escucharlo. Sorprendió y, a la vez, asustó. Angustió. Ausentó. La pregunta, clara y concisa, indagaba acerca de si había besado a otra desde que me conocía. La respuesta fue inmediata y sin siquiera un dejo de vacilación. . Una vez. Una vez con una chica, con la que estaba viéndose desde unos meses atrás, y a la que dejó por mi. Una chica, una vez. Lo compartí sin saberlo, ahora me doy cuenta que no sé hace cuánto dejé de compartirlo. No le hizo el amor, me dijo. Se la cruzó en la calle. No puedo creerle. No quiero compartirle. Descubrió mi instinto. Mi posesión. Mi celo. Una chica que cruzó en la calle y que dejó de ver por mi, todo junto. Y un beso.-