miércoles

"Estoy Muerto".-

Y un día abrís los ojos y no se siente lo mismo. Te despertaste pero sentís que seguís durmiendo. Tus pupilas ya no miran donde querés. Tus piernas no te llevan donde siempre. Tu corazón no late por lo mismo.
Tendrás la sensación de que todo cambió. Que tu habitación espera en la penumbra que el llanto llegue. Que los cuerpos perdidos encontraron su sitio. Y que aquella voz que te llamaba todas las mañanas calló para siempre.
Caminarás entonces errando cada paso, obviando cada sombra. Tardarás días, meses, tal vez años, en llegar donde antes te costaba solo minutos. Pero para tu ser desvencijado nada es demasiado, y será como todas las otras veces.
Cuando llegues finalmente donde todos los días, un cuerpo extraño estará esperándote. Y el espejo no te devolverá la misma imagen. Eso que fuiste que ya no es, aquel joven, aquella muchacha, aquel anciano, ya no quieren devolverte la mirada. En su lugar, una sensación amorfa ocupara el reflejo. Los azulejos, blancos, verdes, amarillos, en el espejo, enfrente tuyo… y la bruma. La bruma como una explosión tremenda y como todos tus pecados, sostendrá en su rostro un aviso. Tu reflejo te lo dice, tu reflejo nunca mintió y tampoco ahora.
Y entonces te das cuenta cuanto perdiste, cuanto obviaste, cuanto olvidaste. Rememorarás cada partida, cada despedida, cada pregunta, cada respuesta. Cada amor perdido y eso que nunca lograste. Hasta quizás, en el mejor de los casos, te arrepientas de todo lo malo. Muy probablemente llorarás, pegarás un grito, llenarás tu nuevo aire de por qué y de cómo pasó aquello. Pero finalmente, y convencido de que es mejor de todos modos, te rendirás ante esa imagen nunca antes vista. Esa imagen que sabías que llegaría. Esa imagen que esperabas ansioso, que te causó tanta curiosidad, esa misma que millones de veces alcanzo a tantos otros.
Vistiendo su mejor traje, tu nuevo reflejo trasmitirá un único mensaje. Y una sonrisa aparecerá en su nuevo rostro. Estoy muerto, dirá ese que nunca fuiste. Estoy muerto.


NOTA: La imagen pertenece al cuadro de Clorindo Testa "Estoy despierto II". Me costó horrores encontrar el perteneciente a "Estoy muerto" y, aun así, no lo conseguí.

jueves

Furiosa.-

Estoy enojada. Eso es todo lo que puedo decir. Estoy enojada y golpeo las teclas en lugar de presionarlas, las golpeo agresivamente por que son las ganas de vomitar palabras y escupir gritos y desarmarme en un ataque furioso de ira y violencia, romper cosas, tirar todo, desgarrarme las ropas y tirarme al suelo, patalear, hacer muecas y llorar. Estoy enojada y es tonto enojarme pero lo estoy, por que estaba contenta e ilusionada y habia pensado todo el día y quemado cabezas y armado frases cargadas de sentimientos lindos. Pero no. Ahora miro el teclado mientras se mezclan inentendibles signos que tratan de mostrar en un hormiguero de letras la furia que siento. Eso. Furiosa. Me quedó todo por decir en la garganta, hecho un nudo indescifrable, pero cifrado en montones de arranques amargos. Ácidos. Dulces. Pero pasa poco a poco, Hey Jude, me dice, que agarre una canción triste y la mejore. Y que recuerde. Y algo más acerca de abrir el corazón y estar mejor. Mejor. Mas enojada, furiosa, y mucha gente gritando pero yo no, solamente escribo hasta que duelan los dedos y las articulaciones de la mano se enreden todas y sangren las uñas de enojo, de ira, de bronca contenida. No es para tanto. Solamente soy mujer, lo repito cada vez que lo escribo, soy mujer y me encanta serlo. Pero no te metas con una mujer enojada. Nunca te metas con una mujer enojada, te recomiendo. No es una situación agradable ni mucho menos. Y menos ahora, que falta una hora para las diez y el reloj se para y me enojo, cada vez más, a medida que me calmo. Calma, Zahira, calma.-

lunes

Invasión.-


Hoy me pongo a pensar acerca de la confianza. Y acerca del momento en que deja de serlo para convertirse en invasión, término que utilizo mucho últimamente. La mujer debería venir con un manual de trato y buenos modales, en el cual se explique por qué caer avasallante en un concierto para marcar territorio es bueno, y por qué ponerle un nombre a una foto es malo. O desde que número de mensaje se pasa de ser divina a ser pesada. O invasiva, como lo diría yo. Al menos una guía mínima de qué semana es la indicada para tomar que postura. O las veces que se puede ver a una persona sin convertirse en un individuo absorvente. De alguna forma, creo que ese manual es interno y está en la cabeza, pero a cada momento se renueva, y en un momento un solo mensaje es necesario, y al siguiente quinientos dejan de ser suficientes. Me enerva. Me enerva el pensar que compartir los lados de la cama es agradable pero ver mi teléfono sonando es conflictivo. Me enerva esto que estoy escribiendo, pero no me quita el sueño. Aunque de alguna manera, el no tener ese manual, sí.-