domingo

Tiempo.-

Me aterra el paso del tiempo. Me aterra el sentir que los días pasan sin más, sin sentido, sin proyecto, como un tren en el que no embarco, como un viaje perdido, como un desesperante suspiro. Me falta el aire, me ahogo, me aterro. Aterrada, me desespero. Lloro, a veces. Otras quedo, inmóvil, esperando, no sé que, simplemente esperando, mientras el tiempo pasa, corre, huye. Como yo, a la espera, corriendo, huyendo. De alguna forma espero una ayuda mágica que me ayude a que todo sea más llevadero. Pero no aparece. Entonces vuelvo, una vez más, a la desesperante espera, inherte, sola, triste.

No es nada más que tiempo.-

jueves

Clavo.-

Aparece nuevamente una incertidumbre, una ansiedad, una espera del momento justo del encuentro; cada paso pensado mil y un veces y aun así errándole al pisar, recordando luego, en alguna vuelta en colectivo, lo que dije y lo que debería haber dicho, lo que debería de haber callado, y etcéteras innecesarios de nombrar. Me pregunto, ¿será éste el clavo que estaba esperando?

martes

Cierre.-

Día de cierres. De historias pasadas, de viejos amores, de cuadros y mails que vuelven, de sesiones de análisis. Todo cierra y termina. Algunas veces favorablemente, otras no tanto, para una parte o la otra. Pero cada puerta que cierra deja abierta un portón, me dijeron hace unos días. Un sinfín de nuevas posibilidades que ansiosa, espero encontrar. Veo nuevas miradas, nuevos deseos, nuevas historias. Creo verlas. Puedo sentirlas. Quiero vivirlas.