domingo

Basta.-

Palabras gestándose en mi interior, rasguñan mis entrañas pidiendo salir. Los dedos no alcanzan a escribir, la cabeza no alcanza a pensar, los labios no alcanzan a modular. Se agrupan de forma desesperada en cada salida del organismo, pidiendo clemencia, aire. Quieren ver y ser vistas, frases, palabras, letras enardecidas. Queman adentro, muy adentro, casi afuera, queman mis tejidos y aceleran mi pulso. Historias que no fueron, retazos de historias que han sido, porciones de historias que serán. Las sienes me aprisionan, la locura, la cordura desesperante. Sale un grito, fuerte, como un susurro, explotan las terminaciones nerviosas, los pies se mueven, hay una música adentro que sale para afuera en miles de letras que son un único y desesperante, aterrante, desgarrante alarido. Nuevamente sale, con una sola palabra. Basta, me pide nuevamente. Basta.-

martes

Inconciencia.-

Inconciente. Inconcientemente, uno busca. Normalmente, no sabe que está buscando, y rara vez se lo encuentra. Hoy mismo me encuentro inconciente. Buscando inconciente eso que no sé que es, eso que busco. Puesto en otra boca, en el ojo ajeno, es más evidente. Aterra esta inconciencia del instinto, de buscar sin miedo de encontrar, sin querer aceptar lo que estoy buscando. Temo encontrarlo, en mi inconciencia, de serlo. De ser así, simplemente, una inconciente.-

jueves

Obsesión.-


Sentada horas enteras haciendo cosas que pasen el tiempo. Sentada horas es cuando pienso, pienso, pienso. Pienso hasta escribir, y es cuando escribo que pienso realmente. Sola. Sola, pienso y decido, que no estoy sola. Y que no estar sola es necesitar esto que recibo, y que no alcanza. Llego al punto de obsesionarme. Googlear, escuchar, hablar, escribir. Y pensar. La obsesión, a lo oscura, sola o no tan sola. Obsesionarme, pensando en soledad. Mañana veré desde otro ángulo, mas privilegiado pero menos misterioso. Quiero dejar de pensar.-

domingo

Encuentro.-

[no encontré pablabras lo suficientemente dignas para competir con la grandeza de ésta]

sábado

Posesión.-

Shockeó escucharlo. Sorprendió y, a la vez, asustó. Angustió. Ausentó. La pregunta, clara y concisa, indagaba acerca de si había besado a otra desde que me conocía. La respuesta fue inmediata y sin siquiera un dejo de vacilación. . Una vez. Una vez con una chica, con la que estaba viéndose desde unos meses atrás, y a la que dejó por mi. Una chica, una vez. Lo compartí sin saberlo, ahora me doy cuenta que no sé hace cuánto dejé de compartirlo. No le hizo el amor, me dijo. Se la cruzó en la calle. No puedo creerle. No quiero compartirle. Descubrió mi instinto. Mi posesión. Mi celo. Una chica que cruzó en la calle y que dejó de ver por mi, todo junto. Y un beso.-

miércoles

"Estoy Muerto".-

Y un día abrís los ojos y no se siente lo mismo. Te despertaste pero sentís que seguís durmiendo. Tus pupilas ya no miran donde querés. Tus piernas no te llevan donde siempre. Tu corazón no late por lo mismo.
Tendrás la sensación de que todo cambió. Que tu habitación espera en la penumbra que el llanto llegue. Que los cuerpos perdidos encontraron su sitio. Y que aquella voz que te llamaba todas las mañanas calló para siempre.
Caminarás entonces errando cada paso, obviando cada sombra. Tardarás días, meses, tal vez años, en llegar donde antes te costaba solo minutos. Pero para tu ser desvencijado nada es demasiado, y será como todas las otras veces.
Cuando llegues finalmente donde todos los días, un cuerpo extraño estará esperándote. Y el espejo no te devolverá la misma imagen. Eso que fuiste que ya no es, aquel joven, aquella muchacha, aquel anciano, ya no quieren devolverte la mirada. En su lugar, una sensación amorfa ocupara el reflejo. Los azulejos, blancos, verdes, amarillos, en el espejo, enfrente tuyo… y la bruma. La bruma como una explosión tremenda y como todos tus pecados, sostendrá en su rostro un aviso. Tu reflejo te lo dice, tu reflejo nunca mintió y tampoco ahora.
Y entonces te das cuenta cuanto perdiste, cuanto obviaste, cuanto olvidaste. Rememorarás cada partida, cada despedida, cada pregunta, cada respuesta. Cada amor perdido y eso que nunca lograste. Hasta quizás, en el mejor de los casos, te arrepientas de todo lo malo. Muy probablemente llorarás, pegarás un grito, llenarás tu nuevo aire de por qué y de cómo pasó aquello. Pero finalmente, y convencido de que es mejor de todos modos, te rendirás ante esa imagen nunca antes vista. Esa imagen que sabías que llegaría. Esa imagen que esperabas ansioso, que te causó tanta curiosidad, esa misma que millones de veces alcanzo a tantos otros.
Vistiendo su mejor traje, tu nuevo reflejo trasmitirá un único mensaje. Y una sonrisa aparecerá en su nuevo rostro. Estoy muerto, dirá ese que nunca fuiste. Estoy muerto.


NOTA: La imagen pertenece al cuadro de Clorindo Testa "Estoy despierto II". Me costó horrores encontrar el perteneciente a "Estoy muerto" y, aun así, no lo conseguí.

jueves

Furiosa.-

Estoy enojada. Eso es todo lo que puedo decir. Estoy enojada y golpeo las teclas en lugar de presionarlas, las golpeo agresivamente por que son las ganas de vomitar palabras y escupir gritos y desarmarme en un ataque furioso de ira y violencia, romper cosas, tirar todo, desgarrarme las ropas y tirarme al suelo, patalear, hacer muecas y llorar. Estoy enojada y es tonto enojarme pero lo estoy, por que estaba contenta e ilusionada y habia pensado todo el día y quemado cabezas y armado frases cargadas de sentimientos lindos. Pero no. Ahora miro el teclado mientras se mezclan inentendibles signos que tratan de mostrar en un hormiguero de letras la furia que siento. Eso. Furiosa. Me quedó todo por decir en la garganta, hecho un nudo indescifrable, pero cifrado en montones de arranques amargos. Ácidos. Dulces. Pero pasa poco a poco, Hey Jude, me dice, que agarre una canción triste y la mejore. Y que recuerde. Y algo más acerca de abrir el corazón y estar mejor. Mejor. Mas enojada, furiosa, y mucha gente gritando pero yo no, solamente escribo hasta que duelan los dedos y las articulaciones de la mano se enreden todas y sangren las uñas de enojo, de ira, de bronca contenida. No es para tanto. Solamente soy mujer, lo repito cada vez que lo escribo, soy mujer y me encanta serlo. Pero no te metas con una mujer enojada. Nunca te metas con una mujer enojada, te recomiendo. No es una situación agradable ni mucho menos. Y menos ahora, que falta una hora para las diez y el reloj se para y me enojo, cada vez más, a medida que me calmo. Calma, Zahira, calma.-

lunes

Invasión.-


Hoy me pongo a pensar acerca de la confianza. Y acerca del momento en que deja de serlo para convertirse en invasión, término que utilizo mucho últimamente. La mujer debería venir con un manual de trato y buenos modales, en el cual se explique por qué caer avasallante en un concierto para marcar territorio es bueno, y por qué ponerle un nombre a una foto es malo. O desde que número de mensaje se pasa de ser divina a ser pesada. O invasiva, como lo diría yo. Al menos una guía mínima de qué semana es la indicada para tomar que postura. O las veces que se puede ver a una persona sin convertirse en un individuo absorvente. De alguna forma, creo que ese manual es interno y está en la cabeza, pero a cada momento se renueva, y en un momento un solo mensaje es necesario, y al siguiente quinientos dejan de ser suficientes. Me enerva. Me enerva el pensar que compartir los lados de la cama es agradable pero ver mi teléfono sonando es conflictivo. Me enerva esto que estoy escribiendo, pero no me quita el sueño. Aunque de alguna manera, el no tener ese manual, sí.-

sábado

Espera.-

Parada. Esperando. Hace frío pero no lo siento. Los gritos y la excitación que flotan son exaltantes. Devastantes. Yo no estoy gritando. Ni estoy excitada. Estoy esperando. Esperando que salga. Esperando un beso húmedo antes de volver a Flores, donde me espera la cama, sola. Sé que esta noche duermo sola. Pero el beso no llega y él tampoco.

Espero.

En breve me iré. Pero, por ahora, espero.-

martes

Ex.-

Aparece un mail. El remitente es un nombre viejo y olvidado, desaparecido. El contenido está bien redactado en pocos renglones. Quería saber como estaba. Es Mariano. Mariano, aquella persona de la que me separé hace dos años por que queríamos estar solos. Preguntandome como estoy. Mariano.-

domingo

Muro.-

El muro aparece nuevamente pero, esta vez, amenaza en destruir mi integridad completamente. Genera esta lucha interna, entera, entre mis ganas y mis desganas. El muro construido pacientemente entre angustias e inseguridades, ladrillo a ladrillo, para evitar el fracaso. Ese muro que me muestra independiente, desprejuiciada, confiada, es el mismo que oculta mi independencia. Mi prejuicio. Pero sobre todo, el miedo. Y será, mas tarde, aquel que evite descubrir que no era el fracaso sino la plenitud aquello que amenazaba, pero es demasiado tarde. La pared es alta, oscura y húmeda, y me oculta y protege, pero a su vez me enfría y me opaca. Y al momento que aparezca nuevamente, pleno, me sentiré alejada. No sirve. Es necesario arriesgarse.

"El que no arriesga no gana".-

miércoles

Una.-

Una se siente tan tonta cuando no responden un mensaje. O un mail. O una llamado. O cualquiero otra señal de aproximación. Una se olvida la cantidad de veces que no respondió a un acercamiento de este tipo, se olvida incluso de las veces que se rió con algun afín de un halago de un tercero. En su cara, incluso. Una se siente en ese momento la mas hermosa, deseable, inalcanzable mujer. Y una se olvida de todas las veces que se sintió una tonta, a falta de respuesta en el momento que se abre y decide dejar de ser tan frívola. Al momento que deja de serlo, una se convierte en un ser vulnerable, con el corazón oprimido y las entrañas revueltas, con el celular en la mano y el msn abierto, igual que los sentidos, a la espera que el otro aparezca. Una nunca debería dejar de ser una. Serlo, incluye la tonta, la frívola, la inalcanzable, la hermosa, la deseable. Pero ante todo, incluye la mujer, esa que espera la respuesta, y cuando llega finalmente, nuevamente, vuelve a ser una.-

jueves

Extraños.-



Llegar a casa y encontrar un mail. No cualquiera, un mail suyo. Uno en el que me decía lo bien que lo pasó anoche y que esperaba que no me hiciera rogar para vernos denuevo. Lo leí sonriendo. Sonreí desde que lo vi por primera vez, ayer, y me dí cuenta lo lindo que era. Y alto, y divertido. Un nene alto. Un nene alto que conoce a una desconocida por que alguna vez la vida los conectó. O un amigo en común. Y las palabras se dieron, desde el primer momento, frescas y naturales. Mi sonrisa fue amplia. La suya contagiosa. El lugar al que fuimos era cálido, con manteles verdes con lunares negros. Nos dimos un primer beso hermoso, que me robo en medio de un tema de jazz. Uno de Frank Sinatra, como a mi me gustan los besos. Como me imagino, porteña, caminando por Buenos Aires buscando un lugar de esos de privilegio donde sentirse parte de esta hermosa ciudad. La cita fue perfecta y la noche refrescante. Los besos húmedos, como el aire del sitio al que fuimos a oír jazz. Hasta la despedida fue privilegiada, diciéndome que quería verme y que dos semanas eran demasiado. El plazo lo acortamos a una semana, pero hoy llego y encuentro su mail. Y no paro de sonreir, por que me siento así. Amplia, perfecta, refrescante. Como las sonrisas, la cita y la noche. Y las palabras. Y las sonrisas, que se repiten casi tanto como anoche. No puedo parar de sonreir. No quiero parar de sonreir. No debo parar de sonreir. Como extraños en la noche, sonriendo, valla uno a saber de qué.-

martes

Llena.-

Extraña, incomprensible, dubitativamente, hoy soy feliz. Compruebo como la felicidad no es una forma de vida, sino un estado, como el hambre, el sueño, el miedo. Es una sensación que remite a lo mas íntimo del ser humano, a lo mas primitivo. Hoy quiero escribir sin razon. Quiero escribir aunque no esté angustiada, aunque no esté preocupada, aunque no esté cargada de dudas. Quiero plasmar este estado que cada vez es más dificil de conseguir, pero cuando se consigue es por una pequeñez. Tal vez sea que la tarde fue mía una hora más temprano, o que caminé bajo el sol disfrutando de mi tiempo, o que conseguí en las comerciales calles de Flores unos hermosos zapatos por solo $60, o que llegue a mi casa, vacía, que me esperaba para bailar desnuda frente al espejo o fumar con las ventanas cerradas. Yo creo, sin embargo, que es la sumatoria de todas esas cosas. Y de que Ana, sospresivamente, me incluyó en su diario de esta ruta interminable que es la vida. "Nadie está lleno", escucho. Y lo pienso. Hay muchos vacíos en mi, pero a veces lo lleno es mas importante. Quiero creer que lo lleno es más importante. La tarde es hermosa, el sol me llama. No tengo nada que hacer, y eso es hermoso. Soy dueña de mi tiempo y de mi persona. Y eso, realmente, es lo que hace feliz.-

sábado

Vacía.-

Estoy muy cansada. A ultimo momento, elijo quedarme en casa, sin nada que hacer, antes que enfrentar la fría noche y las mas frías todavía caras que pueda llegar a traerme un sábado de agosto, poblado de extraños seres que pululen por las calles de Buenos Aires. Me quedo, esta vez, en paz conmigo misma, oyendo melodías de cambios de mar. Melodías pegajosas, tristes y angustiadas. Supongo que soy yo quien este pegajosa, triste y angustiada. No por decisión, no de forma conciente ni premeditada. Simplemente, vestida y con la base puesta, elijo quedarme esta noche fumando y pensando, fumando y pensando, fumando y pensando. Fumando un atado de Phillips que espero no haber abierto hoy, por que se esta terminando. Pensando estados, pálida, pensando sensaciones que aparecen y que disfruto aunque me tiren el corazón hasta el centro, muy adentro. No entiendo que me pasa. No entiendo que es lo que me angustia. Pero estoy angustiada, no me llenan las banalidades ni las cosas verdaderas. Vacía. Esa es mi palabra, vacía completamente de todo, vacía de nada. Luchando por causas perdidas, como me decía. Supongo que estoy haciéndolo bien.

Supongo.-


miércoles

Egoísmo.-

Tengo miedo que me pase como me han dicho, que cada vez tengo más locuras. Y es que uno se acostumbra. Me acostumbré a construir mis espacios, a entender mis tiempos y a identificar mis emociones. Me acostumbré a tomar medio litro de agua apenas me levanto, a comprar y acumular dos revistas al menos cada mes, a no atender llamados cuando estoy en Liniers. No como carnes rojas, no hablo hasta pasados unos minutos de despierta. Reviso el flog, blog, space, mail. Todos los dias. Incluso varias veces por día. Me acostumbré al sonido del despertador; ya no me despierta. Me acostumbré al calor extremo de mi cuarto; en cualquier otro lado siento frío. Me acostumbré, a la fuerza, al olor entre dulce y picante del Marlboro a la mañana. Todo con la misma justificación, infantil tal vez, pero siempre válida. Y es que necesito paz. Paz. Mi gran miedo surge, entonces, al plantearme..

.. si podré compartirla algún día.-

viernes

Entrega.-




Puedo estar desnuda. Expuesta. Mostrada. Ninguna parte se oculta ni busca ocultarse. Sonidos y roces son solo eso, y no pretenden ser otra cosa que aquello que son. Yo tampoco lo pretendo. Soy mujer. Desnuda. Expuesta. Mostrada. No me oculto. Estoy bajo un hombre. Sonidos y roces me ocupan. A una mujer desnuda. Pero no me entrego. No estoy entregada y me siento oculta. Puede desnudarme y no entregarme. Puede tocarme y no entregarme. Puede penetrarme. Y no entregarme. Pero no me siento desnuda, expuesta ni mostrada. Soy una mujer debajo de un hombre, que quiere entregarse pero no lo lo logra. No siemnpre es fácil entregarse. Pero que fácil es desnudarse.-

lunes

Verdad.-

Lo interesante es ver como de un mismo aspecto existen tantas versiones. Y eso lo vi cuando me dijeron, por error, que habia otra cosa dando vueltas que disernía de lo expuesto por mi. Acá surge la duda, de cual es la correcta. Tal vez la mía. Tal vez esté equivocada. Tal vez esté mintiendo. Tal vez sería arriesgado decidir que verdad es mas verdadera. Recuerdo haber escuchado q hay una verdad por cada cabeza pensante. Increíble, no?

viernes

Volviendo.-

Finalmente, me encuentro con sus palabras. Ana recuerda cada momento que estuvimos juntas, aunque eso haya sido hace tantos años ya. Recuerda cada detalle, cada momento, los regalos y largas oraciones cargadas de significado. Recuerda que le dije que "a veces las distancias alejan los cuerpos pero acercan los corazones". Y demuestra que estuve en lo cierto. Vuelvo entonces, mientras lo escucho gritar raspando, a recordar una vez mas de la última semana quien supe ser, llevando con orgullo todo lo que pensaba. Y tengo tanto, tantísimo miedo de haber guardado esa persona muy pequeña adentro mio. Supe enseñar a ser una niña denuevo, pero en el camino olvidé como serlo. Y miles de millas de aquí, se que vive en el recuerdo ajeno, por que hasta eso quedo sepultado en mi.. el recuerdo.-