martes

Regreso.-

Me enorgullece admitir que, finalmente, ¡he vuelto al ruedo! ayer me di cuenta, hablando con Barbi. Tenía tantas cosas que contar. Volvió, a su tiempo, la aventura. Volvieron los mensajitos de texto en el celular, las ganas de verse, las salidas de helado y palabras. Las palabras, mas que nada. Algunos besos, pocos sí, pero suficientes para sentirme mujer nuevamente. Sé que estoy sola, pero más que sola, soltera. Y no me aterra. Una mujer soltera puede llegar a ser una condición muy excitante. Todo pasa por el estado mental en el que se esté. En divertirse sin buscar respuestas. Sin preguntas, tal vez, pero sobretodo sin esa búsqueda, desesperada, de llenarse con algo que es solo menos vacío. El vacío, poco a poco, pasa a un segundo plano. Un poco menos Maitena, y un poco más Carrie Bradshaw.