viernes

Cerro.-

Al pié de la montaña, a punto de subirla. La noche, por momentos estrellada, por momentos un manto de nubes, enfría mi nuca. No hay luna. Tampoco hay demasiada luz. Estoy muy abrigada, sobre mi espalda llevo vida para las horas, dias, años que dure el ascenso. Esa montaña, que miré toda mi vida, que nunca creí poder sortear. Hoy estoy lista. Con el corazón remendado en mis manos, con el tuyo entre delicados dedos femeninos, subiré despacio para, tal vez, en la cima, ver el amanecer.-