jueves

Furiosa.-

Estoy enojada. Eso es todo lo que puedo decir. Estoy enojada y golpeo las teclas en lugar de presionarlas, las golpeo agresivamente por que son las ganas de vomitar palabras y escupir gritos y desarmarme en un ataque furioso de ira y violencia, romper cosas, tirar todo, desgarrarme las ropas y tirarme al suelo, patalear, hacer muecas y llorar. Estoy enojada y es tonto enojarme pero lo estoy, por que estaba contenta e ilusionada y habia pensado todo el día y quemado cabezas y armado frases cargadas de sentimientos lindos. Pero no. Ahora miro el teclado mientras se mezclan inentendibles signos que tratan de mostrar en un hormiguero de letras la furia que siento. Eso. Furiosa. Me quedó todo por decir en la garganta, hecho un nudo indescifrable, pero cifrado en montones de arranques amargos. Ácidos. Dulces. Pero pasa poco a poco, Hey Jude, me dice, que agarre una canción triste y la mejore. Y que recuerde. Y algo más acerca de abrir el corazón y estar mejor. Mejor. Mas enojada, furiosa, y mucha gente gritando pero yo no, solamente escribo hasta que duelan los dedos y las articulaciones de la mano se enreden todas y sangren las uñas de enojo, de ira, de bronca contenida. No es para tanto. Solamente soy mujer, lo repito cada vez que lo escribo, soy mujer y me encanta serlo. Pero no te metas con una mujer enojada. Nunca te metas con una mujer enojada, te recomiendo. No es una situación agradable ni mucho menos. Y menos ahora, que falta una hora para las diez y el reloj se para y me enojo, cada vez más, a medida que me calmo. Calma, Zahira, calma.-

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