jueves

Extraños.-



Llegar a casa y encontrar un mail. No cualquiera, un mail suyo. Uno en el que me decía lo bien que lo pasó anoche y que esperaba que no me hiciera rogar para vernos denuevo. Lo leí sonriendo. Sonreí desde que lo vi por primera vez, ayer, y me dí cuenta lo lindo que era. Y alto, y divertido. Un nene alto. Un nene alto que conoce a una desconocida por que alguna vez la vida los conectó. O un amigo en común. Y las palabras se dieron, desde el primer momento, frescas y naturales. Mi sonrisa fue amplia. La suya contagiosa. El lugar al que fuimos era cálido, con manteles verdes con lunares negros. Nos dimos un primer beso hermoso, que me robo en medio de un tema de jazz. Uno de Frank Sinatra, como a mi me gustan los besos. Como me imagino, porteña, caminando por Buenos Aires buscando un lugar de esos de privilegio donde sentirse parte de esta hermosa ciudad. La cita fue perfecta y la noche refrescante. Los besos húmedos, como el aire del sitio al que fuimos a oír jazz. Hasta la despedida fue privilegiada, diciéndome que quería verme y que dos semanas eran demasiado. El plazo lo acortamos a una semana, pero hoy llego y encuentro su mail. Y no paro de sonreir, por que me siento así. Amplia, perfecta, refrescante. Como las sonrisas, la cita y la noche. Y las palabras. Y las sonrisas, que se repiten casi tanto como anoche. No puedo parar de sonreir. No quiero parar de sonreir. No debo parar de sonreir. Como extraños en la noche, sonriendo, valla uno a saber de qué.-

2 comentarios:

Ann dijo...

Creo...
Podría decirte que es el Destino, porque es lo que creo.
Podría decirte que te iñlumina, porque es lo que veo.
Pero prefiero decirte que aproveches este regalo y esas sonrisas, y que lo veas ya, ahora mismo, mañana a más tardar.

Porque este tipo de magia sólo pasa pocas veces en la vida...

Ann dijo...

Ilumina, no "iñlumina"!