sábado

Espera.-

Parada. Esperando. Hace frío pero no lo siento. Los gritos y la excitación que flotan son exaltantes. Devastantes. Yo no estoy gritando. Ni estoy excitada. Estoy esperando. Esperando que salga. Esperando un beso húmedo antes de volver a Flores, donde me espera la cama, sola. Sé que esta noche duermo sola. Pero el beso no llega y él tampoco.

Espero.

En breve me iré. Pero, por ahora, espero.-

martes

Ex.-

Aparece un mail. El remitente es un nombre viejo y olvidado, desaparecido. El contenido está bien redactado en pocos renglones. Quería saber como estaba. Es Mariano. Mariano, aquella persona de la que me separé hace dos años por que queríamos estar solos. Preguntandome como estoy. Mariano.-

domingo

Muro.-

El muro aparece nuevamente pero, esta vez, amenaza en destruir mi integridad completamente. Genera esta lucha interna, entera, entre mis ganas y mis desganas. El muro construido pacientemente entre angustias e inseguridades, ladrillo a ladrillo, para evitar el fracaso. Ese muro que me muestra independiente, desprejuiciada, confiada, es el mismo que oculta mi independencia. Mi prejuicio. Pero sobre todo, el miedo. Y será, mas tarde, aquel que evite descubrir que no era el fracaso sino la plenitud aquello que amenazaba, pero es demasiado tarde. La pared es alta, oscura y húmeda, y me oculta y protege, pero a su vez me enfría y me opaca. Y al momento que aparezca nuevamente, pleno, me sentiré alejada. No sirve. Es necesario arriesgarse.

"El que no arriesga no gana".-

miércoles

Una.-

Una se siente tan tonta cuando no responden un mensaje. O un mail. O una llamado. O cualquiero otra señal de aproximación. Una se olvida la cantidad de veces que no respondió a un acercamiento de este tipo, se olvida incluso de las veces que se rió con algun afín de un halago de un tercero. En su cara, incluso. Una se siente en ese momento la mas hermosa, deseable, inalcanzable mujer. Y una se olvida de todas las veces que se sintió una tonta, a falta de respuesta en el momento que se abre y decide dejar de ser tan frívola. Al momento que deja de serlo, una se convierte en un ser vulnerable, con el corazón oprimido y las entrañas revueltas, con el celular en la mano y el msn abierto, igual que los sentidos, a la espera que el otro aparezca. Una nunca debería dejar de ser una. Serlo, incluye la tonta, la frívola, la inalcanzable, la hermosa, la deseable. Pero ante todo, incluye la mujer, esa que espera la respuesta, y cuando llega finalmente, nuevamente, vuelve a ser una.-

jueves

Extraños.-



Llegar a casa y encontrar un mail. No cualquiera, un mail suyo. Uno en el que me decía lo bien que lo pasó anoche y que esperaba que no me hiciera rogar para vernos denuevo. Lo leí sonriendo. Sonreí desde que lo vi por primera vez, ayer, y me dí cuenta lo lindo que era. Y alto, y divertido. Un nene alto. Un nene alto que conoce a una desconocida por que alguna vez la vida los conectó. O un amigo en común. Y las palabras se dieron, desde el primer momento, frescas y naturales. Mi sonrisa fue amplia. La suya contagiosa. El lugar al que fuimos era cálido, con manteles verdes con lunares negros. Nos dimos un primer beso hermoso, que me robo en medio de un tema de jazz. Uno de Frank Sinatra, como a mi me gustan los besos. Como me imagino, porteña, caminando por Buenos Aires buscando un lugar de esos de privilegio donde sentirse parte de esta hermosa ciudad. La cita fue perfecta y la noche refrescante. Los besos húmedos, como el aire del sitio al que fuimos a oír jazz. Hasta la despedida fue privilegiada, diciéndome que quería verme y que dos semanas eran demasiado. El plazo lo acortamos a una semana, pero hoy llego y encuentro su mail. Y no paro de sonreir, por que me siento así. Amplia, perfecta, refrescante. Como las sonrisas, la cita y la noche. Y las palabras. Y las sonrisas, que se repiten casi tanto como anoche. No puedo parar de sonreir. No quiero parar de sonreir. No debo parar de sonreir. Como extraños en la noche, sonriendo, valla uno a saber de qué.-

martes

Llena.-

Extraña, incomprensible, dubitativamente, hoy soy feliz. Compruebo como la felicidad no es una forma de vida, sino un estado, como el hambre, el sueño, el miedo. Es una sensación que remite a lo mas íntimo del ser humano, a lo mas primitivo. Hoy quiero escribir sin razon. Quiero escribir aunque no esté angustiada, aunque no esté preocupada, aunque no esté cargada de dudas. Quiero plasmar este estado que cada vez es más dificil de conseguir, pero cuando se consigue es por una pequeñez. Tal vez sea que la tarde fue mía una hora más temprano, o que caminé bajo el sol disfrutando de mi tiempo, o que conseguí en las comerciales calles de Flores unos hermosos zapatos por solo $60, o que llegue a mi casa, vacía, que me esperaba para bailar desnuda frente al espejo o fumar con las ventanas cerradas. Yo creo, sin embargo, que es la sumatoria de todas esas cosas. Y de que Ana, sospresivamente, me incluyó en su diario de esta ruta interminable que es la vida. "Nadie está lleno", escucho. Y lo pienso. Hay muchos vacíos en mi, pero a veces lo lleno es mas importante. Quiero creer que lo lleno es más importante. La tarde es hermosa, el sol me llama. No tengo nada que hacer, y eso es hermoso. Soy dueña de mi tiempo y de mi persona. Y eso, realmente, es lo que hace feliz.-

sábado

Vacía.-

Estoy muy cansada. A ultimo momento, elijo quedarme en casa, sin nada que hacer, antes que enfrentar la fría noche y las mas frías todavía caras que pueda llegar a traerme un sábado de agosto, poblado de extraños seres que pululen por las calles de Buenos Aires. Me quedo, esta vez, en paz conmigo misma, oyendo melodías de cambios de mar. Melodías pegajosas, tristes y angustiadas. Supongo que soy yo quien este pegajosa, triste y angustiada. No por decisión, no de forma conciente ni premeditada. Simplemente, vestida y con la base puesta, elijo quedarme esta noche fumando y pensando, fumando y pensando, fumando y pensando. Fumando un atado de Phillips que espero no haber abierto hoy, por que se esta terminando. Pensando estados, pálida, pensando sensaciones que aparecen y que disfruto aunque me tiren el corazón hasta el centro, muy adentro. No entiendo que me pasa. No entiendo que es lo que me angustia. Pero estoy angustiada, no me llenan las banalidades ni las cosas verdaderas. Vacía. Esa es mi palabra, vacía completamente de todo, vacía de nada. Luchando por causas perdidas, como me decía. Supongo que estoy haciéndolo bien.

Supongo.-